Microrrelato para la Tertulia Literaria RAYUELA de San Fernando, Cádiz.
Dicho relato debe contener las siguientes palabras: Axioma, alabastro, principio, fin y buhardilla.
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Mi vida bohemia exigía y urgía de un lugar adecuado para ejercitar mi intimidad,
proyectar mi vocación artística, y encontrar la soledad que requería mi amor platónico.
Tenía que estar ubicado en determinada lugar por razones obvias.
Tras recorrerlo, encontré cuatro opciones para mi gusto.
Dos apartamentos y dos viviendas tipo buhardilla* con terrazas.
Dichas terrazas eran muy amplias, demasié para mis ingresos artísticos.
Los apartamentos, eran unos áticos abuhardillados, una forma constructiva denominada
"mansarda"** en honor al arquitecto parisino Fransois Mansart,
Uno constaba de dos ventanales magníficos que aportaban abundante claridad y
ventilación al desván, pero, rompían todos mis cánones su construcción moderna.
El otro me atrajo desde el principio*, era más antiguo, ¡vintage!,
aunque menos luminoso, la ventana disponía de una repisa llena de macetas con
flores primaverales:geranios, begonias, caléndulas, claveles, amapolas
y un florido rosal de rosas rojas en un macetón de alabastro*, ¡precioso!
Este estudio era mi mirador privilegiado al Sena y sus riberas que sabían a pintores,
a la torre Eiffel, la Notre Dame, el Louvre, la Biblioteca....y a "Ella"
¡¡Fue el fin* de mi búsqueda!!,
"Ella" y las riberas del Sena eran dueñas de mis pinceladas.
A su paso madrugador, camino del Conservatorio, se deseaban nuestras miradas.
¡Amor, mi diosa Diana!.
Desde el altillo, en su soledad, le regalaba un beso al vuelo de una rosa del rosal.
Mientras al tiempo meditaba el axioma*:
"La ciencia de vivir, es el arte de amar"
( R.D.)
Fernando de Arnáiz Núñez
3/5/2017
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**Mansarda.
Está asociado este elemento al arquitecto parisino Francois Mansart ( 1598-1666 )
.Se denomina así a la ventana dispuesta sobre el tejado de una casa para iluminar y
ventilar su desván por el olor a humedad, por extensión al mismo trastero, desván o altillo,
en la fachada de un edificio, cubiertos por un techo de tejas muy inclinado dando por resultado un elemento ornamental que suele coronar al edificio.
No lo inventó Mansart, sino que lo tomó de la arquitectura italiana y lo popularizó en Francia, contrariamente a lo que se ha creído.
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Francois Mansart
Publicado por Blogger para
CASA DE ARNÁIZ el 5/03/2017.
